En exclusiva con Mundo Boca Radio, hablamos con Aníbal Matellán, ex jugador de Boca, con una vitrina repleta de trofeos tales como tres campeonatos locales (1998, 1999 y 2000) junto con dos Copas Libertadores bajo la dirección técnica de Carlos Bianchi en el 2000 y 2001; además de la inolvidable victoria ante el Real Madrid de los galácticos luego de su primera consagración continental con la camiseta de Boca. Luego de una extensa carrera como futbolista plagada de consagraciones, en enero de 2019 Matellán volvió al club que lo vio nacer, pero esta vez como la mano derecha de su compañero y amigo Nicolás Burdisso a cargo de la dirección deportiva en aquella entonces institución presidida por Daniel Angelici.

En la primera parte de la charla con Mundo Boca Radio el campeón del mundo con el Xeneize habló sobre su debut con la camiseta azul y oro, el partido contra el Real Madrid y sobre esa inolvidable noche en la que anuló a Figo.

“Respecto a mis comienzos, era raro, porque un equipo del prestigio que tiene Boca, hace varios años no podía confirmar con campeonatos”.

“A partir de la llegad de Carlos se armó un grupo con muchos jóvenes con ganas de dejar una gloria en el club, de poder conquistar títulos”.

“No me imaginaba que dos años después se iba a formar un equipo tan competitivo que empezó a marcar una historia, fue un equipo tremendo con unos jugadorazos”.

“Nosotros en ese momento vimos que el Real Madrid en los primero minutos no entró bien, y tratamos de jugar al ritmo que siempre veníamos jugando”.

“Son esas cosa que te da el fútbol, hay veces que atacas diez veces y no metes un gol y hay veces que atacas tres veces y metes dos goles. Fue muy contundente lo nuestro y eso hizo que cambiara radicalmente el partido, fueron unos primeros minutos muy entretenidos”.

“No pensábamos que se iba a dar de esa manera, lo que si sabíamos que desde el primer minuto habría mucha intensidad, era la única forma de ganarle al Real Madrid, no había otra forma”.

“Para enfrentar a Figo la receta fue prepararse, entrenarse día a día y estar preparado para esa clase de partidos, que no es algo fácil. Por ahí te preparas toda tu carrera para un partido así y no lo logras, y a mí me tocó”.

“Me toco una de las más difíciles, pero yo era muy joven y no tenía mucho por perder, salí a jugar con la mayor caradurez posible porque la estrella que tenían ellos en aquel momento era Figo”.

“Carlos con la confianza que tenía en mí, yo venía jugando de central, pero en Japón la dinámica cambió y él pensó que lo mejor era que yo jugará de lateral, y me diera la piedrita de la noche”.

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