Riquelme Boca

Tiempos de cambios son los que se viven dentro del club Xeneize. Transcurrió un año donde uno hace un balance negativo porque cualquier bostero de ley conoce las aspiraciones que tiene el club mas grande de la Argentina, ya sea en ámbito local como internacional.

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El año comenzó con mucha incertidumbre, casualmente de esta misma forma está terminando. Allá por enero asomaba un prometedor Gustavo Alfaro, un técnico con un estilo de juego definido que llegaba para socorrer a un Boca golpeado, un equipo que inmediatamente tuvo que levantarse después del golpe sufrido en la final de Madrid, con jugadores mentalmente dispersos pensando más en el pasado que en lo que estaba por venir.

Acompañado por otro viejo conocido del club pero que cumpliría otra función, hablamos de Nicolas Burdisso, que desarrolló el trabajo de director deportivo junto a Anibal Matellan. Esta dupla fue la que terminó de definir al ex DT de Huracán.

A lo largo de su ciclo, el entrenador dirigió un total de 50 encuentros oficiales. Fueron 12 en la Copa Libertadores, 28 por la Superliga, uno por la Supercopa, dos por Copa Argentina y siete de la Copa Superliga. En cuanto a los números, el balance le dio positivo: el Boca de Alfaro consiguió 27 triunfos, 16 empates y tan solo 7 derrotas, lo que le dio una eficacia del 64,67%.

El paso por Boca no fue malo, pero este club exige el 100% las 24 horas del día. Con el paso del tiempo el equipo se fue desgastando, no encontró la idea de juego para sostenerla todos los partidos y terminó muy irregular. Aunque pudo por otro lado, afianzó la defensa junto con Esteban Andrada como pilar fundamental, añadiendo a Lisandro Lopez y la experiencia de Carlos Izquierdoz.

El partido que terminó de liquidar a Alfaro fue nuevamente River Plate, en el cruce por Superliga, donde Boca visitó a los Millonarios en el Monumental con un planteo que representaba fielmente la idea de juego de Alfaro. Logró un empate y que Boca permanezca con la valla invicta.

Pero en el cruce por Copa Libertadores se vió a otro Boca. En el partido de ida nuevamente en el estadio Vespucio Liberti, a poco minutos del comienzo, River ya encontraba con un penal a favor y próxima conversión para el 1 a 0. Más tarde llegaría el 2 a 0 y la finalización del partido.

Todo decantaba en el partido de vuelta, con un River que parecía imbatible, sucumbió ante una Bombonera repleta, la energía del hincha Xeneize y la tenacidad por momentos de los jugadores dentro del campo de juego. Lamentablemente el 1 a 0 no alcanzó y Boca fue nuevamente eliminado.

En conferencia del prensa post partido luego Alfaro declararía ante la atenta mirada de la prensa que necesitaba recuperar su vida, dando a entender que no tenia la suficiente fuerza o convicción para continuar con su proyecto dentro del club, el año deportivo de Boca terminaría esa noche, pero el año político estaba comenzando.

Pasó el tiempo, llegaron las elecciones, una nueva dirigencia tomó las riendas del club, liderada por Jorge Ameal junto a Mario Pergolini, pero el as de espada fue la vuelta de Juan Roman Riquelme. Este tridente se está encargando de darle una nueva imagen a este Boca en ruinas.

Un Boca nuevo a la vista se asoma, desde la reestructuración de las divisiones inferiores, remodelación del estadio y nuevo técnico, que todo indicaría que será Miguel Angel Russo, quien supo conseguir en el 2007, ni más ni menos con Riquelme como insignia, la última Copa Libertadores que pudo obtener el club.

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Son tiempos de cambios, comienza una nueva era, el hincha debe estar preparado para que lo viene y estoy seguro que lo estará, para encarar otro año lleno de alegría, ilusión y esperanza que logre depositar al club en lo más alto de la tabla de posiciones.

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